Bateauivre

Blog personal

Monday, August 21, 2006

Un Ejercicio de la Memoria: Mi Memoria… (Memorias de una rana arbórea, mutando a pollo)

El tema de la memoria es algo que no puedo abandonar. Ya una vez lo abordé desde el ámbito social y pude constatar que el ejercicio de la memoria ha sufrido una serie de trastornos que han sido más que prácticas, manipulaciones de tipo políticas para llegar al anhelado tema de los consensos. Donde la historia ha sido aniquilada en post del desarrollo y el tema de la identidad y del quiénes somos, producto de esa historia, ya no constituye una narrativa válida.
Sin embargo, hoy, me quiero referir al ejercicio de mi memoria, la que he parcelado temáticamente durante toda mi vida, aniquilada por el miedo de enfrentarme, precisamente, a mis miedos.
Cómo partir. ¿Hay un método? Creo que no, pero sí me atrevo a sugerir que si de algo se nutre la memoria es de lo recuerdos. Y la pregunta por el recuerdo concierne al nexo entre memoria, imagen y trizaduras. El recuerdo, claramente necesita inscribirse, grabarse y constituir una relación viva o latente entre acontecimientos, emociones y marcas que de una u otra manera liberen efectos de sentido. Y es justo en este punto, cuando le añadimos el sentido exacto a los cosas, cuando nuestra memoria se convierte en nuestro verdugo.
Y qué sentido tendría recordar, cuál sería el fin último de trasladar esas imágenes, acontecimientos y por sobre todo, las trizaduras de una vida ya vivida. Simple, saber quién soy, saber por qué la vida duele, por qué la fragilidad es la bandera de lucha, por qué los fantasmas del pasado son fantasmas y no ángeles, porque amar sin concretar, por qué avanzar sin retroceder más del recorrido, por qué aferrarse a los amigos, por qué llorar y reír, por qué la importancia de lo insignificante. Son miles de inquietudes, pero pocas las respuestas. Necesitamos construir nuestra historia porque la memoria no es otra cosa que un proceso abierto de reinterpretación del pasado, que deshace y rehace sus modos para que nuevas comprensiones de lo ocurrido nos abran el camino a la felicidad. Y es ese el punto clave, las reinterpretaciones de acontecimientos e imágenes que hacemos constituyen el primer paso para superar nuestros miedos.
Las huellas del pasado sufren hoy reiteradas operaciones de borradura producto de que a medida que crecemos vamos, inconsciente o conscientemente, reciclando o eliminado lo que no nos sirve para evolucionar o involucionar. Pero desde hoy lo importante es volcarnos a los recuerdos agradables y los desagradables tratarlos como si fuesen simples flujos de información.
Recuerdo número 1:
- Me acuerdo de la vez que votaron mis chupetes, nótese, mis chupetes, por la ventana del auto y los tiraron al viaducto del Malleco. Íbamos camino a Lican – Ray y sí, la verdad es que usé chupete hasta muy avanzada edad (no delataré los años que tenía) pero mi tío emputecido por mi práctica de meterme uno a la boca y otra en la nariz, para luego cambiarlos, decidió que era hora de crecer. Lloré mucho y aún tengo grabado el color del cielo, teñido con mis lágrimas y la pena de perder a mis chupetes. Ahora entiendo por qué me cuesta tanto quedarme dormida, me arrebataron el mejor sistema de relajación.
Continuará… Contribuye con tu recuerdo…