Bateauivre

Blog personal

Tuesday, March 15, 2016

La educación como motor del cambio social

Aspiramos a una educación de calidad, pero cómo alcanzar tan esperado anhelo si no tenemos profesores capacitados, con condiciones laborales acordes al desgaste que esta profesión implica. Y más que hablar de desgaste, el concepto correcto es ENTREGA. Necesitamos políticas y políticos comprometidos con un sistema educativo de calidad, con oportunidades, con gestión docente. En demasiadas ocasiones, desafortunadamente, la política para algunos se reduce a la gestión del día a día, a la tiranía del presente, lo que revela la carencia de un proyecto a largo plazo, nada más opuesto al objetivo colectivo de formar ciudadanos, fomentar el talento y retenerlo. En definitiva, invertir en nuestro propio futuro como sociedad. En ese sentido, el estudiante es la prioridad absoluta del sistema educativo, un centro de atención que está íntimamente vinculado al reconocimiento de la labor del docente. Muy al debe, por lo demás, en este país. La educación es el principal motor del cambio social, el factor y la variable que más iguala a las personas y que sirve para hacer una sociedad más justa, más libre, más tolerante, más plural, más democrática, más consciente y con mejores cimientos para el desarrollo, entendiendo este como aquel que mejora la calidad de vida y bienestar en la población.

Sunday, March 13, 2016

Muy existencialista?

Siempre he pensado que el ser humano es tan complejo, que su estructura cerebral lo es más aún y ni hablar de los paradigmas sociales y culturales que nos determinan. Esta combinación del ser, del deber y de la dimensión biológica, a la que se suma hoy la espiritual me llevan a concluir que nada está predeterminado, que sólo la experiencia subjetiva y casuística de las cosas y de los fenómenos nos acercan más a esa verdad, que es una verdad múltiple como múltiple son los pensamientos humanos. Es así como no me atrevo a juzgar muchas de los actos humanos y categorizarlos como errados. Errar es humano y esos caminos equivocados son los que nos llevan a desccubrir el mundo, ese mundo al que le tememos y frente al cual nos paralizamos y dejamos de vivir a cambio de certezas y confort. Hay que arriesgar, hay que jugar, hay que arrojarse, hay que sentir, hay que frustarse, hay que cambiar de piel, empezar de cero y volver a sorprenderse. No quiero una vida plana, quiero una vida intensa, y no hablo de una vida loca y desenfrenada, puede ser intensa desde tu mundo interior, desde la perspectiva que veas la vida, el modo en que no juzgues, el modo en que perdones y te perdones, el modo en que la contradicción de tus ideas te lleva a la verdad, a tu verdad, la forma en que tus pensamientos chocan una y otra vez con la realidad, la forma en que amas y te atreves a expresar tus sentimientos, a tomar decisiones, opciones, a dejar el miedo a que te hieran atrás y exponerte una y mil veces al fenómeno del amor. Eso es ser valiente, eso es vivir... Sí, es cierto, el ser humano es una realidad completa inacabada, una obra en construcción, con conciencia y libertad, cuyo destino es hacerse y realizarse en medio de múltiples contradicciones de su propia vivencia, contradicciones que aparecerán como fantasmas a lo largo de nuestra vida, y que nos generarán incertidumbre y angustia frente al absurdo, al fracaso, lo misterioso y lo inexplicable de nuestra propia existencia. Pero así es y así somos, mientras más conciencia de esto tengamos, más fácil será avanzar con conciencia de nuestra existencia... ¿Muy existencialista?

La vida moderna...

No es ansiedad, es ganas, empuje, motivación, necesidad de concretar eso que se asomó por tu cabeza y que no vas a dejar ir. No es déficit atencional, es una pausa, es un olor que cruzó tus recuerdos, un hoyo negro en tu cerebro en medio del ruido, la ciudad, la rutina... No es indiferencia, es amor disfrazado de coraza...

Friday, March 11, 2016

Aunque mi cabeza explote

Aunque mi cabeza funcione a mil, mi expresión denota escasos pensamientos. Muchas veces me han dicho "parece que poco te importa". Sí, la verdad es que poco me importan muchas cosas y debo confesar que la mayoría de las veces quiero irme de los lugares donde estoy o pensando cuándo acabará una conversación. No es que no disfrute de la compañía, me encanta, pero quiero seguir avanzando, sin rumbo porque ese avanzar no tiene destino, es una sensación. Esto no significa que no me importen los momentos o que sea una outsiders, una inadaptada, para nada, he sabido sobrellevarlo perfectamente. Sólo significa que en mi cabeza hay mil pensamientos al mismo tiempo, de todo tipo, de todos los colores y olores, confluyen imágenes, contornos, recuerdos, sabores y reflexiones, análisis espontáneos y ganas de pasar a otro nivel todo el tiempo. Y aunque mi cabeza explote, es algo que internamente no puedo manejar y tal vez, por eso he aprendido el arte de la contención. Cuando esas ganas de contener expire ay de mí destino ingrato!