Mi mamá es fea, pero es mi mamá igual

Cada vez que miro a mi mamá la encuentro fea. Cuando me despierta y me da mi mamadera con té, sólo veo su pelo apelmazado, el buzo salpicado con manchas de vino y ese intenso olor a perro mojado. Ya no intento jugar con ella, poco o nada me habla, prefiero sentarme en los canastos de papas de la señora Chelita y mirar a la gente que viene a la Vega. Así todo, y sin hacer mucho, igual me gano unas monedas para ella.

Abuela

Recuerdo tu sonrisa, de esas silenciosas que no emiten sonido, que están llenas de gestos y que terminan en lágrimas de felicidad. Veo tus ojos fulminantes en mí y escucho tu voz al amanecer, como el primer graznido del campo. Tu lunar se hace luz y tus pocas canas tiñen de plata mis ojos cansados.Te veo, te escucho, suelo conversar contigo largas tardes, es como si pudiera palpar tu figura. Cierro los ojos por un segundo y sueño con tus porotos recién hechos, con el olor a pan tostado, la cocina con perfume a laurel, orégano y naranja . Imagino un hogar construido de esfuerzo, tezón y sabiduría.Tus olores, tu piel morena, tus vírgenes y santos, son algo inborrable en mí e inspiración profunda para seguir donde tus pasos me lleven.
Y dónde estás ahora? Hacia dónde me dirijo???